miércoles, 15 de marzo de 2017

La conformación social y mental de la Europa medieval.

Bienvenidos a este nuevo encuentro que contará, con la metodología ya aplicada.

La fase de crecimiento vivida por la sociedad europea entre el siglo XI y XIII se puede considerar como la organización social del espacio europeo, éste fue posible por el desarrollo paralelo de dos procesos: la estructuración de una sociedad y la elaboración de códigos de valores, actitudes y de pautas para su transmisión e imposición. La combinación de la aristocracia laica, el fortalecimiento de la vida urbana y la Iglesia configuraron a la sociedad como un sistema social dotado de una cosmovisión que concebía a la sociedad como un mundo armónico y funcional. La población se organizó en un sistema social que combino la estructura de los grupos sociales en la elaboración de una representación de los mismos, donde el hombre medieval se sentía como peregrino puesto por Dios en la vida para desarrollar un papel concreto.

El imaginario social, entre los siglos XI a XIII, se caracterizó por la consolidación de una doble concepción trinitaria, en una la sociedad visible se componía de tres órdenes (oradores, belladores, laboratores) y la otra se componía por la sociedad invisible de otros tres (bienaventurados, purgadores, condenados). Desde finales del siglo IX, se aceptaba el esquema trifuncional propio de las sociedades indoeuropeas, con su reconocimiento de la existencia de tres  órdenes: los que rezan (monjes, clérigos), los que luchan (guerreros) y los que trabajan (campesinos). Su éxito se consagro cuando la representación política de los reinos europeos se organizó a través  de tres estamentos: clero, nobleza y habitantes de las ciudades.

Los señores (lat. Senior, el mayor en edad, superior en dignidad o poder) su base radicaba en el reconocimiento de jefatura y riqueza, y su poder en sus respectivos señoríos y en la privanza que tenían cerca del rey, lo que explica la variedad de situaciones de jerarquías de señores.


 La historiografía las resume en tres ámbitos:

Las aristocracias, habían constituido, en época carolingia grupos poco estructurados de poderosos cuyas bases de autoridad y riqueza radicaban en las posesiones familiares y en el ejercicio de un poder que se suponía delegado de una autoridad de carácter público, el emperador.

La nobleza, estuvo constituida por un conjunto de familias, formadas por linajes y la imposición de criterios que privilegian jurídicamente un determinado origen familiar, que consiguió hacer cristalizar una línea de sucesión y transmisión de apellidos, riqueza y poder. Durante el siglo XII, la calidad de nobles se vinculó a la sangre y quedó reservada a personas que podían demostrar su nacimiento en el seno de familias nobles.

La caballería, constituyó en su origen, el conjunto de personas que tenían como género de vida combatir a caballo. Luego cuando la aristocracia convertida en nobleza acepto el estilo de vida de los combatientes a caballo, las personas fueran nobles o caballeros, compartían los mismos gestos y similar tratamiento para transmitir poder y fortuna, por vía masculina de primogenitura.

Los vínculos de relación entre distintos escalones de la nobleza y la caballería; antes del año 1000, fueron relaciones de parentesco, luego estos se relajaron y se vieron duplicados por otros de tipo  feudovasallático, fijados en n contrato de vasallaje. Los elementos esenciales de esa relación fueron tomadas del modelo utilizado por Carlomagno para sostener su imperio y eran  el contrato de vasallaje y el feudo.

Vasallaje y servidumbre

La mejor manera de entender la sociedad feudal es visualizándola como una pirámide. En la cumbre estaban el monarca y el Papado, en seguida se ubicaban los nobles y la jerarquía eclesiástica, y los campesinos constituían la base.
El feudalismo se caracteriza por un tipo de relación social que se conoce como vasallaje , que se dio básicamente entre los nobles y el monarca.

El vasallaje se define como un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio —principalmente militar— por parte de un hombre libre llamado “vasallo” hacia un hombre libre llamado “señor” y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del “señor” respecto del “vasallo”.

La mayoría de las veces la obligación de sostenimiento del señor implicaba que éste otorgara al vasallo la posesión de una extensión de tierra llamada “feudo”. El feudo o propiedad territorial fue la pieza clave de los lazos de dependencia entre un señor y un vasallo.

Por ejemplo, si un noble daba un feudo (tierras) a otro noble, éste se convertía en vasallo del señor que le otorgaba la propiedad. A su vez, este señor era vasallo de otro noble (señor) que le había dado un feudo, y de este modo se creaba una cadena de señores y vasallos que se debían lealtad y obligaciones unos a otros.
Así, los nobles eran señores y simultáneamente vasallos. Nominalmente, todos los señores eran vasallos del rey. Sin embargo, en la práctica hubo señores feudales tan poderosos como el monarca.

El monarca era un soberano feudal de sus vasallos a quienes estaba ligado por vínculos recíprocos de fidelidad. Los recursos económicos del rey residían casi exclusivamente en sus dominios personales como señor, y sus llamadas a sus vasallos tenían una naturaleza esencialmente militar. El monarca sólo era señor de sus propios dominios; en el resto de su imperio era en gran medida una figura ceremonial.

Dentro del feudo o espacio territorial de los señores vivían campesinos que no eran propiedad personal del señor feudal, pero tampoco eran hombres libres sino “siervos”. Los siervos tenían la obligación de entregar parte de su trabajo agrícola y de realizar determinadas obligaciones laborales para su señor.

Para el siglo X la gran mayoría del campesinado vivía una condición de servidumbre. Es decir, los campesinos que ocupaban y cultivaban la tierra no eran sus propietarios. El campesino que era siervo de un señor feudal estaba totalmente sometido a la voluntad de su señor.

En resumen: encima de la masa de siervos se establece una pirámide de señores feudales, en la que siempre un señor feudal debe obediencia y vasallaje al superior, hasta culminar en el monarca, que está en la cúspide de la pirámide social.
El establecimiento de los nobles y terratenientes locales en las provincias por medio del sistema de feudos, así como la consolidación de sus dominios sobre el campesinado, constituyen los cimientos del feudalismo . En este sistema de vida quien posee tierra posee poder y quien no tiene tierra forma parte de la servidumbre.

La Europa medieval como modelo de sociedad rural

En el siglo VIII, cuando los musulmanes bloquearon el mar Mediterráneo, la principal ruta comercial de Europa, el intercambio mercantil y la circulación en Europa se restringieron al grado más bajo que podían alcanzar.
Los primeros indicios del feudalismo en la Europa occidental, en el curso del siglo IX, no son más que la repercusión de la regresión económica de la sociedad a una civilización puramente agrícola.

Sociedad rural medieval.

El modo de producción feudal fue aplastantemente agrícola y el comercio se redujo a su mínima expresión.
La vida rural fue controlada por los señores feudales y organizada dentro de sus propiedades, mismas que incluían comarcas campesinas.
En los feudos la economía fue local: producían casi todo lo que consumían y consumían casi todo lo que producían.

La ciudad medieval.

Según Jacques Heers la ciudad medieval no responde a un modelo único, cada ciudad es distinta a las demás, tiene sus propias características fruto de "una personalidad continua, constantemente renovada y en definitiva nunca concluida".

Es cierto que ni las motivaciones creadoras, ni el papel desempeñado en los entornos donde se ubican, ni el desarrollo o crecimiento que alcanzan es similar para todas ellas. Sin embargo, las ciudades, por muy diferentes que sean entre sí, tienen todas ellas elementos comunes que las definen como tales y las distinguen de otras realidades.
En primer lugar, el origen de su creación suele ser un documento fundacional redactado por el monarca o señor del territorio en el que quedan establecidas las condiciones de la relación que va a establecerse entre él y los pobladores del nuevo lugar.

En segundo lugar, se elige para su establecimiento un emplazamiento deshabitado en el que crean un hábitat concentrado y cerrado en contraposición con el sistema abierto y disperso del mundo rural.
La combinación de estos dos elementos genera una realidad espacial, jurídica y social totalmente diferente al entorno en el que se ubican.

El desarrollo del documento fundacional que establece los privilegios del nuevo grupo social, creará una sociedad totalmente diferente: en cuanto a sus libertades personales; en cuanto a sus actividades económicas, que dejan de ser exclusivamente agrícolas para poder dedicarse a los trabajos artesanales y al comercio; y en cuanto a su autonomía, ya que tendrán la capacidad de autogobernarse por medio de la elección de sus cargos concejiles.

No obstante estas desigualdades sustanciales, el nuevo grupo urbano siente la necesidad de acrecentar las diferencias dejando bien patente, desde el punto de vista físico, y espacial, que quieren ser otra realidad.
Para ello construyen sus viviendas agrupadas en un espacio que cercarán de inmediato para protegerse de los enemigos y también para diferenciarse y no confundirse con los no privilegiados.

Hacia el siglo XI ya había desaparecido el terror de los bárbaros. Tras siglos de una economía rural de subsistencia, la mejora de las cosechas empezó a producir excedentes .
Siempre que hay excedente agrícola se desarrollan dos actividades: el comercio y la especialización (división del trabajo). Ésta última es la que caracteriza a los poblamientos que llamamos ciudades.

A diferencia de las ciudades antiguas (que se organizaban alrededor de los que sabían algo esencial para la supervivencia de los demás), lo que ocurrió en la Edad Media es que los comerciantes, artesanos, etcétera acudían a los castillos de los señores, abadías u otros donde se habían acumulado las riquezas procedentes de las rentas feudales.
Los comerciantes y artesanos se agrupaban sin orden en las proximidades de los castillos. Estos nuevos barrios se empezaron a llamar burgos y a sus habitantes, burgueses.
La burguesía constituye una nueva clase social cuya riqueza no está ligada a la posesión de tierras. Esto acabaría provocando la crisis del feudalismo.

Los artesanos

La palabra artesano designa a la persona que ejerce un arte práctico (que, a diferencia de las bellas artes, cultivadas por los artistas, sirve para remediar alguna necesidad material ). O sea que lo artesano no tiene nada que ver con la salud (no es que hubiera artesanos que gozaban de buena salud y artenfermos con gripe).

Como la emigración a las ciudades era un poco caótica y la mentalidad de la época un poco timorata, los artesanos del mismo oficio solían establecerse en la misma calle. Por eso las calles de los cascos antiguos suelen llamarse de los plateros, de los tintoreros, de los zapateros.

Los gremios

Esta mentalidad poco lanzada que comentamos, provocó que los artesanos se agruparan en los gremios que, por un lado, defendían sus derechos, atendían a las necesidades de los agremiados (huérfanos y viudas). Por otro lado, el gremio regulaba totalmente la actividad de los artesanos impidiendo de hecho cualquier iniciativa.
En el taller-casa vivían los a aprendices, que empezaban a aprender el oficio a los siete años. A cambio de su trabajo (bastante duro, por cierto), el Maestro les mantenía, pero no les pagaba sueldo. Cuando el aprendiz dominaba el oficio, el gremio le hacía una prueba y, si la superaba, pasaba al grado de o oficial. Entonces ya podía cobrar un pequeño sueldo.
Con el paso del tiempo, si era capaz de hacer una obra maestra , el gremio le nombraba maestro y entonces podía establecerse por su cuenta.

Urbanismo en la Europa medieval

Toda la cultura europea durante la Edad Media tiene, como dijimos, un marcado carácter agrícola. La ciudad medieval es una ciudad amurallada que aparece como lugar cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de sus habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado del área de influencia.
En el burgo tiene lugar el surgimiento de actividades distintas a las agrícolas, que favorecen el florecimiento de una economía monetaria y la especialización de los trabajos, constituyendo un marco heterogéneo donde el hombre rural se libera de sus dependencias ancestrales gracias al anonimato y a las posibilidades que ofrece la ciudad como centro de producción de los distintos saberes de la época.
Las universidades juegan ahora un papel destacado en el desarrollo de la cultura que se refleja en las ciudades, sobre todo en los conjuntos urbanos que aparecen junto a estas universidades.

 Los Cátaros y LA INQUISICIÓN .

Hacia el siglo VI d.C, no existían grandes grupos heréticos, como lo serian posteriormente los cátaros, tan solo ciertos personajes eclesiásticos que diferían sobre algunos aspectos del cristianismo, terminando estos normalmente, con la pena de excomunión.

Tan solo a partir del año 1100, la Iglesia empezó a controlar de manera eficiente a sus feligreses, por lo que la herejía de los cátaros, siendo ya conocida, no ofrecía de momento peligro para Roma.

Pero a partir de esta fecha del siglo XII, cuando los cátaros, se organizan mejor y conquistan grandes masas de simpatizantes a su causa. Es cuando empieza la preocupación y movilización eclesiástica, mirando con otros ojos, ya muy distintos, hacia el fenómeno de los cátaros, empeñados en de atajar, sin grandes éxitos.

En un principio solo el estamento civil toma cartas en los asuntos heréticos como el de los cátaros, juzgando con pocas garantías a varios de sus miembros, enviándolos a la hoguera, sin contar con la opinión ni beneplácito de la iglesia dogmática romana.

La línea pacífica para la conversión de los cátaros se inicia a finales del siglo XII, sobre todo por Santo Domingo y San Francisco, pero con poco éxito, como ya apuntábamos

La iglesia católica empieza a organizarse legalmente, con el fin de atajar la herejía de los cátaros, imponiendo en 1184 la pena del fuego, para herejes cátaros impenitentes o reincidentes, utilizando instrumentos jurídicos, en 1199, se añade la confiscación de bienes para los cátaros, apareciendo sobre la mitad del siglo XIII, disposiciones inquisitoriales, con procedimientos tales como, la tortura en temas de fe, manteniendo en secreto el nombre de los testigos, para evitar represalias, pero todas estas medidas contra los cátaros, necesitaban el apoyo secular, a fin de cumplir las penas que Roma, por los medios mas fáciles y rápidos ejercían su ministerio.

Ya el papa Inocencio III, con el total apoyo del rey de Francia Felipe Augusto, empieza a crear un frente común en contra de los cátaros, bien sea por disposiciones claramente inquisitoriales desde principios del siglo XII y de una manera clara en pleno siglo XIII.

Inocencio III instituye la “Santa Inquisición” como instrumento jurídico a fin de poner término a la herejía cátara, por medio de procedimientos legales ajustados a leyes precisas, a fin de juzgar a todo aquel que cometiere cualquier desviación de los dogmas católicos, y delitos contra la fe cristiana, y en este aspecto los cátaros tenían todas las de perder, más aún cuando la religión de los cátaros.

En el año 1215, el Papa Inocencio III, convocó el Concilio IV de Letrán que esbozó la Inquisición pontificia. En el año 1229, se creó el tribunal de la Inquisición, decidido por el concilio de Toulouse.

 En el año 1231, la Inquisición episcopal fue reemplazada definitivamente por la pontificia, por la bula “Excommunicamus”, del Papa Gregorio IX, por la cual encargaba el control de los herejes a la orden de los Dominicos, siendo el primer inquisidor Domingo de Guzmán,aquellos que confesaran ser herejes espontáneamente recibían una pena menor, de lo contrario se habría un proceso, donde eran obligados a responder por los cargos imputados. Dos testigos eran suficientes para dar una sentencia condenatoria, que en general era la muerte en la hoguera.

El proceso era dirigido por dos Inquisidores, asesorados por un Consejo de clérigos y laicos. El uso de tortura en los procesos de herejía fue autorizada por la bula “Ad extirpanda” del Papa Inocencio IV, pero sin poner en peligro la vida de los acusados. Los reincidentes eran condenados a muerte.

En el año 1478 la corona española creo la Inquisición Española, aplicándose en toda España y en sus colonias americanas, para luchar contra los judíos conversos, que habían sido obligados a adoptar la fe católica, transformándose en cristianos nuevos, pero eran sospechados de practicar su religión en secreto, contra los protestantes y contra otros herejes.

LA IGLESIA Y SU CONSTITUCIÓN ANTE LA REFORMA GREGORIANA.

En la segunda mitad del siglo XI, el papa Gregorio VII hizo suya la necesidad de una reforma similar a la llevada a cabo durante un siglo en ámbito monacal de la reforma impulsada por Cluny y la regla benedictina.

En una sociedad ya plenamente feudal, dominada por las relaciones del vasallaje, y marcada por la confusión entre lo terrenal y lo espiritual, el papado creía imprescindible restablecer la disciplina y corregir la moralidad del alto y bajo clero, a fin de que cumplieran con su misión de ser guías apostólicos de la vida de los creyentes. La reforma gregoriana se caracterizó por su profundo recelo hacia los padres laicos que consideraba causantes de la simonía, el concubinato y la corrupción del clero, en cuya investidura intervienen.

Además, aspiraba a crear aquella monarquía cristiana universal que distinguía al agustinismo político, cuya realización implicaba una profunda transformación de las estructuras eclesiásticas para hacer del pontífice, con su corte de cardenales y prelados, la única autoridad soberana de un imperio universal, constituido por una constelación de estados vasallos.

 La aplicación de la reforma desató la llamada “querella de las investiduras” entre el papado y el imperio germánico que se zanjó con la firma del concordato de Worms en 1122, aunque brotó en los siglos XII y XIII. Al hacer de la religión una regla de comportamiento, la reforma eliminó la simonía e impulsó el celibato. Además, otorgó al papa el poder máximo de la Iglesia pero, al exaltar su potestad, abrió la vía tanto a las grandes empresas políticas que fueron las cruzadas como a los excesos en el afán de poder que condujeron en última instancia a la crisis del siglo XIV.






ANEXOS.







DOMINICOS



FRANCISCANOS


ACTIVIDAD.



1. Esta semana, vamos a presentar un informe de lectura que dé respuestas a la siguientes preguntas.(EN PAREJAS O INDIVIDUAL)

¿ En qué consiste la conformación social de la Europa medieval?
¿ Que movimientos culturales se presentaron en este periodo?
¿ Quiénes fueron los Cátaros y porque la Santa Inquisición los persiguió?
¿ Cuales fueron los fenómenos filosóficos  que se manifestaron en este periodo histórico?
¿Que papel toma la iglesia y cuál fue su importancia en la fundación de escuelas?
¿ En qué consiste la reforma Gregoriana?

sugerencia: Dejaré a continuación como sugerencia dos documentales que enriquecerán nuestros saberes, los cuales profundizaron en la temática referente a los cátaros y en la construcción social y mental del medioevo.

https://www.youtube.com/watch?v=ydNM1Mxwup0

https://www.youtube.com/watch?v=umuL7LCSsKw

https://www.youtube.com/watch?v=vhb3unir_O0


cibergráfica: 
http://solequiroga.blogspot.com.co/2013/02/la-conformacion-social-y-mental-de-la.html
http://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/3MUnidad_302.htm
http://www.loscataros.com/la-ruta/creacion-de-la-inquisicion-contra-los-cataros/295/39.html
http://europamedieval3052.blogspot.com.co/2011/02/el-podre-de-la-iglesia-en-la-edad-media.html
http://edadmediaiglesia.blogspot.com.co/2013/12/la-reforma-gregoriana-resumen.html





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