lunes, 17 de abril de 2017

Desarrollo económico y organización social en las ciudades.

Bienvenidos a esta nueva temática, donde eventualmente trataremos de representar de la mejor manera los diferentes escenarios reflejados en las ciudades bajomedievales.

Vida Urbana en la Edad Media

INTRODUCCIÓN

La vida urbana en la Edad Media en Europa fue prácticamente inexistente. La mayoría de las ciudades romanas quedaron convertidas sólo en centros de administración eclesiástica y pasaron a formar parte del señorío territorial de un señor feudal, laico o religioso. Muy pocas personas vivían en ellas.Sin embargo, a partir del siglo XII esta situación cambió.

Como consecuencia del aumento demográfico, del desarrollo económico y de la necesidad de los mercaderes de establecerse en un lugar fijo, las ciudades recobraron su importancia. Entonces, las viejas ciudades romanas o antiguos burgos volvieron a poblarse y a su lado, aparecieron nuevos burgos: de la fusión entre los antiguos y los nuevos burgos nació la ciudad medieval. A los pobladores de las ciudades medievales, se los llamó burgueses. Este gran desarrollo urbano llegó a su máximo esplendor en el siglo XIII en el que algunas ciudades como, por ejemplo, París. Milán, Venecia y Florencia, alcanzaron los 100,000 habitantes.

Entre los siglos XIII y XIV se produjo un aumento considerable de actividad, que dio como resultado un mayor aprovechamiento de la industria y el comercio.

El comercio era desempeñado por los traficantes, cuyo oficio era el más peligroso de todos, ya que con frecuencia eran víctimas de bandoleros que robaban a mano armada las mercaderías y apresaban al comerciante para cobrar por su rescate. A esto se sumaba el pago de derechos que debían pagar por sus productos durante el trayecto, los que no eran pocos si se consideraba el cobro de entrada, de salida, en cada señorío, en cada ciudad y en cada puente.

Dadas las difíciles condiciones de comunicación, era imprescindible durante la Edad Media abastecerse de productos para un largo período de tiempo. De aquí la importancia de las ferias. Estas se formaban cuando comerciantes procedentes de distintos países se reunían en fecha fija en ciertos puntos llevando gran cantidad de mercaderías, y atrayendo a miles de compradores que no solo se acercaban con el objeto de comprar sino también para divertirse con las presentaciones de acróbatas y titiriteros.

Las habitantes medievales vivían prácticamente encerrados en las ciudades, debido a que se construían entre murallas para evitar peligros de ataques. Las calles estaban mal diseñadas, porque nadie se preocupaba de su alineamiento y cada cual construía su casa como mejor le pareciera. Por lo general eran sucias, ya que la única alcantarilla o desagüe era un arroyo en medio de la calle, por donde corría la sangre de los animales que mataba el carnicero y al que se echaba todo tipo de basuras. Tampoco contaban con iluminación, y para salir de noche había que llevar una antorcha o lámpara.

Como consecuencia de la forma como se edificaban las casas —una sobre otra— y la falta de higiene, las poblaciones se encontraban siempre expuestas a los incendios y la propagación de enfermedades. Así, no era poco frecuente que cuando una vivienda se incendiaba, el fuego se extendiera por el barrio entero.

Cuando la peste o los incendios azotaban las poblaciones, las víctimas se contaban por millares. En el año 1418, entre los meses de septiembre y diciembre, una terrible epidemia se dejó caer sobre París, falleciendo más de cien mil personas. Sin embargo, a partir del siglo XIII la urbanización de las poblaciones empezó a mejorar, y en Francia Felipe Augusto hizo cercar los cementerios, empedrar las calles y edificar fuentes para distribuir el agua de manantial proveniente de colinas cercanas. Poco a poco las casas de madera fueron sustituidas por casas de piedra, con lo que también comenzó a introducirse el lujo en castillos y poblaciones.

La población urbana

Las ciudades medievales eran, en su mayoría, pequeñas: pocas superaban los 10 000 habitantes y no muchas tenían más de 5 000 habitantes. En las ciudades más pequeñas se concentraba y luego, se distribuía la producción agrícola de los alrededores. Las ciudades más grandes abarcaban un territorio mayor: servían a varias pequeñas, o a todo un país. Así, por ejemplo, Londres, con 40,000 habitantes hacia el siglo XIII, era el principal punto de confluencia de los productos ingleses, y el distribuidor de las importaciones que llegaban a Inglaterra procedentes de otros países.

La ciudad medieval

Con el renacimiento comercial, las ciudades se convirtieron en centro de atracción de muchas personas de diferente condición social y económica.
Un lugar atractivo

Las ciudades medievales atrajeron a una enorme cantidad de mercaderes que se establecieron en ellas y que con el tiempo, llegaron a dominarlas. La mayoría estaba situada cerca de un río, del mar o de un camino importante. Este hecho las convirtió en centros comerciales. Las ciudades también se convirtieron en centros de atracción para los campesinos que buscaban mejores oportunidades. Algunos siervos llegaron a ellas huyendo de los señores feudales.

Los campesinos libres lo hicieron atraídos por la creciente actividad artesanal y comercial. Con ello, estos campesinos se convirtieron en artesanos. Ellos pasaron a ser la mano de obra de la industria destinada, por un lado, a satisfacer las necesidades de una población urbana cada vez mayor, y por otro, a generar artículos que pudieran ser comercializados fuera. Por último, en algunos casos como, por ejemplo, en muchas ciudades del sur de Francia y en la mayoría de las ciudades italianas, los señores feudales abandonaron sus castillos para residir en las ciudades, dedicándose, también, al comercio. Entonces, las ciudades se volvieron centros de consumo, de producción artesanal y, a la vez, de redistribución.

Industria y mercaderes
El renacimiento de la artesanía            
EI atractivo que las ciudades medievales ejercieron sobre los campesinos la liberación del campo, a partir del siglo XII, cierta cantidad de mano de obra que trabajó en la industria urbana.

En la Edad Media la industria no contaba con grandes maquinarias y su producción era limitada, es decir, era de tipo artesanal. Por eso. a los obreros se los llamó artesanos. Los artesanos medievales del siglo XII retornaron a las viejas técnicas olvidadas y aprendieron, a la vez de los artesanos del Islam y de Bizancio. A diferencia de Europa occidental, estas regiones contaron con una industria muy desarrollada a lo largo de toda la Edad Media.

Los mercaderes en las ciudades

EL poderío económico de los mercaderes estuvo estrechamente vinculado al desarrollo de las ciudades que fueron sus centros de negocios. En el siglo XIII, las ciudades estaban dominadas por ellos. Los grandes mercaderes, a los que a veces se unieron los nobles, ocuparon los puestos de gobierno y constituyeron un patriciado urbano, que controló la vida municipal y que no encontró oposición violenta hasta la crisis del siglo XIV. Este patriciado también monopolizó la dirección económica de las ciudades.
Burguesía y burguesía
El papel protagónico en el desarrollo de las ciudades lo tuvieron sus habitantes: los burgueses. Bajo este nombre pasó a designarse a todas aquellas personas cuya riqueza se basaba en el dinero y no en la tierra. El enriquecerse con dinero y no dedicarse a actividades rurales, distinguió a los burgueses de los campesinos y de la nobleza feudal. Por eso formaron una nueva clase social: la burguesía.

 La aparición de la burguesía rompió el rígido esquema de la sociedad feudal de órdenes. La mayoría de los burgueses no pertenecía a ninguno de los órdenes. Ellos eran mercaderes, y artesanos especializados en diversos trabajos: panaderos, herreros y carpinteros, entre otros oficios.

Libertades urbanas y burguesas
Algunas ciudades acogieron a los señores feudales. En esos casos, la nobleza invirtió su riqueza en el comercio, se dedicó personalmente a los negocios y acaparó los cargos políticos de la ciudad. De esta manera la nobleza se aburguesó.

En otras ciudades, en cambio, los mercaderes plebeyos acapararon el poder y, al hacerlo, buscaron liberarse del control que ejercía sobre ellos la nobleza. Sus ciudades estaban en las tierras de algún señor feudal. Para resolver este problema, algunos mercaderes optaron por aliarse a los nobles casándose con ellos o comprándoles sus títulos de nobleza. En esos casos fueron los burgueses los que se ennoblecieron. Sin embargo, generalmente, los burgueses se libraron del dominio feudal emprendiendo sublevaciones y contratando mercenarios que forzaron a la nobleza a renunciar a sus derechos.

En otros casos, recurrieron al apoyo de los reyes, a quienes les interesaba doblegar a la nobleza. A cambio de apoyo financiero, las ciudades recibieron de los monarcas cartas de libertades que las colocaban directamente bajo la autoridad real -sustrayéndolas del control de los señores-, las autorizaban a administrar justicia por sí mismas y otorgaban libertad personal a sus habitantes.

También obtuvieron de los monarcas el derecho de autogobernarse, lo que posibilitó la formación de gobiernos comunales, que recibieron diversos nombres: ayuntamiento, señorío o comuna. Los privilegios otorgados a las ciudades debilitaron los esquemas feudales. La Iglesia no vio con buenos ojos el rápido ascenso de la burguesía. Sus ocupaciones encaminadas a acumular dinero fácil fueron consideradas por los clérigos síntomas de avaricia. Por eso, pasaron a formar parte de una lista de oficios deshonrosos. Por otro lado, los intereses que algunos mercaderes cobraban por sus préstamos fueron calificados de usura. Con el tiempo, sin embargo, la Iglesia se volvió más tolerante con los burgueses, que eran muy religiosos, y convino en que eran necesarios para la sociedad.

La vida en la ciudad

Las ciudades medievales fueron muy activas. Al contrario de lo que sucedía en el campo, la división de tareas caracterizó la vida económica urbana y la vida cultural recobró importancia.

El trabajo y los gremios

Los habitantes de la ciudad se especializaban en un oficio y compraban en el mercado lo que no producían. Los artesanos de un mismo oficio y los comerciantes se agruparon en gremios. Los gremios fijaban los procedimientos de fabricación, las normas laborales, las horas de trabajo y los salarios.

También aseguraban la destreza en el oficio: se accedía al grado de oficial tras un aprendizaje de diez años, como mínimo, en el taller de un maestro. Así, los productos eran semejantes en calidad y en precio. Nadie podía ejercer un oficio si no pertenecía al gremio respectivo. Los gremios eran muy poderosos y, frecuentemente, se enfrentaron con violencia por el control de la ciudad.

La vida cultural

Como las actividades urbanas requerían nuevos conocimientos como, por ejemplo, llevar libros de cuentas, escribir cartas o redactar inventarios, los burgueses fundaron las primeras escuelas laicas. Así, la actividad intelectual dejó de ser exclusiva del clero. También se fundaron las primeras universidades, que introdujeron al sistema antiguo de enseñanza estudios de leyes y de teología y otras disciplinas como, por ejemplo, la medicina.

Una nueva espiritualidad

Desde el punto de vista religioso, el contraste entre ricos y pobres provocó una necesidad de reforma. De esta manera surgieron en el siglo XIII las órdenes mendicantes: franciscanos y dominicos. Ambas adoptaron una moral basada en la austeridad y se instalaron en las ciudades, relacionándose con sus problemas. Sus ocupaciones principales fueron la prédica y la enseñanza.

La estructura social en el ámbito urbano bajomedieval.

 Clases altas  o poderosos. Eran el 10 o el 15% de la población. Al antiguo patriciado, se suman los burgueses enriquecidos, y tras las tensiones y revueltas se incluirán algunos maestros y dirigentes de gremios. Este grupo resultante, a pesar de su origen mixto, tiene unidad como clase y también como grupo en auge, siempre según los casos. Muchos de estos nuevos integrantes eran los hombres de negocios o grandes mercaderes, especialmente en el siglo XV (Médicis en Florencia; Fugger en Augsburgo; el patriciado barcelonés integrante de la biga o partido conservador en el siglo XV; o los mercaderes burgaleses).

Era tendencia común en aquellos grupos buscar formas de vida y situaciones jurídicas que los identificaran con la nobleza tradicional. En algunos casos como en Cataluña la distinción entre ciutadans honrats y cavallers o baja aristocracia rural permaneció siempre clara, a pesar de ser iguales jurídica y económicamente. Pero en otros casos como en Castilla, el acceso a la aristocracia y el carácter “caballeresco” de los patriciados u oligarquías urbanas fueron mucho más intensos desde tiempo antiguos.

            - Grupos medios o manos medianos. Suponían el 25% de la población urbana. Dentro de ellos había algunos sectores con mayores posibilidades: los maestros de gremios, los hombres de leyes, los servidores y administradores urbanos de la alta aristocracia, o los comerciantes de algunos ramos. Algunos incluso disfrutaban de exenciones fiscales (como los francos de las ciudades de Castilla), pero seguían sin pertenecer a las clases altas.

            - Grupos menoresmenudosmenuts o mano menor. Es el vecindario común, representaba el 60%, y sus niveles de riqueza eran bajos, hasta el extremo de que muchos o no contribuían o apenas podían hacerlo al reparto de los “pechos” o impuestos directos de donde procedía su nombre castellano de “pecheros”.

            - Los marginados. No tenían la condición de “vecinos”. La obtención de la vecindad se concedía previa solicitud al municipio después de un plazo de residencia, (normalmente un año y un día) y de asegurar la solvencia económica y el enraizamiento (mediante vivienda y matrimonio), que aseguraran que cumpliría sus obligaciones fiscales y militares si llegaba el caso. Entre ellos había grupos socialmente respetados y a menudo con fuerza económica, como algunas partes del clero, las colonias de mercaderes extranjeros, o la mayoría, que eran simplemente forasteros. Pero otras personas no tenían acceso a la vecindad:

1.    Por motivos religiosos: judíos, los musulmanes mudéjares.
2.    Por su propia actividad como pobres de solemnidad, prostitutas, rufianes, gentes de mal vivir, vagabundos, etc.

ANEXOS.













ACTIVIDAD.

En todo este proceso académico y en nuestra plataforma, hemos hechos múltiples informes que a su vez están acompañados por preguntas, sugerencias, crucigramas.

Por ende la actividad que propongo hoy nos ofrece dinamismo; Así que vamos a realizar un juego en grupos de tres donde puedan participar un número aproximados de 2 a 5 personas.

El juego debe contener preguntas sobre la temática aquí tratada, siguiendo siempre los parámetros de la lectura asignada. Las preguntas deben oscilar de ocho a doce.

Si deseas puedes ponerle un poco de tu imaginación, ten presente la estética y el esfuerzo, además este ejercicio permitirá evaluar el compromiso de tus lecturas.

NOTA: TODOS DEBEN PARTICIPAR EN ALGUNO DE LOS JUEGOS YA QUE ES EVALUABLE.( NINGUNO QUEDARÁ SIN EVALUAR)

SUGERENCIA.

https://www.youtube.com/watch?v=Qo4av_sQIqk
https://prezi.com/xydcmly_ffx1/el-burgo-la-vida-en-la-ciudad/

CIBERGRAFÍA.

http://mihistoriauniversal.com/edad-media/vida-urbana-en-la-edad-media/
https://www.salonhogar.net/Salones/Historia/4-6/Alta_Edad_Media/Baja_Edad_Media.htm





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