lunes, 24 de abril de 2017

TEORÍA POLÍTICA Y ORGANIZACIÓN DEL PODER.

Bienvenidos a esta nueva temática, que trataremos esta semana. Además ten presente que llevamos casi ocho siglos de historia y hemos sobrevivido a todos los reyes y guerras que aquí se han planteado, hasta de la inquisición hemos salido invictos , así que sin más ni menos comencemos, nuestro tema de hoy.


INTRODUCCIÓN.

Los siglos finales de la Edad Media fueron testigos de una de las más profundas transformaciones de la sociedad cristiana occidental, en todos los planos de la misma: político, demográfico, económico, social, intelectual, etc. En estos siglos tuvieron lugar hechos tan impactantes como la Guerra de los Cien Años, la recesión demográfica provocada por la Peste Negra, la crisis de las estructuras señoriales, el nacimiento de un tímido capitalismo en las ciudades o la afirmación de las monarquías nacionales, por citar sólo algunos ejemplos significativos. En definitiva, podemos afirmar que los engranajes del viejo sistema feudal están chirriando, las realidades pleno medievales están mutando de una manera rápida y Europa camina hacia los siglos de la llamada Edad Moderna. Una de las instituciones donde, posiblemente, mejor podemos observar ese proceso de cambio es en la Iglesia, en cuyo seno se desarrollarán diferentes doctrinas que sentarán las bases del pensamiento político de la época.
     
En los siglos finales de la Edad Media se enfrentan dos maneras completamente opuestas de concebir el poder y las relaciones entre la potestad espiritual y la potestad temporal. Pero no se trata de simples debates teóricos, sino que en el desarrollo de esta polémica se conformarán las confrontaciones entre el papado y algunas monarquías, en especial la francesa y el imperio. En el contexto del progresivo fortalecimiento administrativo del papado de Avignon surgen importantes ataques al pontificado, propuestas de reforma, a veces revolucionarias, y un profundo debate sobre la esencia misma de la autoridad pontificia, sus relaciones con los poderes políticos y el fundamento de la autoridad y la necesidad de estos poderes.

 Ambas posturas se enfrentarán de una manera decidida y sin atisbos de solucionar el enfrentamiento mediante algún tipo de acuerdo entre ambas partes. La radicalidad de los postulados de ambas corrientes, las fuertes personalidades que se enfrentarán de cada bando o quizás la dinámica histórica, pueden explicar lo irreconciliable de ambas posturas. Todos estos factores demuestran que no se trata, como hemos comentado, de un debate ideológico, sino que tuvo consecuencias evidentes en la vida de los hombres y mujeres de su tiempo, pues como afirma H. Jedin, “no se trataba solamente de la relación entre papa y César, sino de la comunión eclesiástica y secular y de la posición en ella del hombre que es a la par creyente y ciudadano”

La baja Edad Media 

Los comienzos de la baja Edad Media europea estuvieron acompañados de importantes transformaciones en la economía, la sociedad y la organiza­ción del poder.

 El feudalismo comienza a representarse en su forma clásica, caracterizado por la aparición del poder privado, es decir, cada señor feudal establecía las reglas de convivencia en su territorio. Esto per­mitió que las monarquías existentes, como la de los Capetos en Francia, sólo lo fueran de nombre, ya que el dominio real, aquel donde el rey ejer­cía un poder efectivo, alcanzaba muy poca extensión. Por aquellos días se desarrollaba la diversidad de lenguas y de costumbres, lo que hacía más profundas las divisiones políticas.

Además, las estructuras sociales ataban a los campesinos a sus se­ñores pero, paradójicamente, permitían que los burgueses tuvieran una libertad que estaba en relación con la función que desempeñaban como comerciantes. Casi toda Eu­ropa se encontraba fragmentada en pequeños y grandes feudos. Así, el poder temporal estaba comple­tamente disperso, repartido en pe­queñas unidades que trataban de mantener su independencia a cual­quier costo. Por otra parte, la Igle­sia estaba debilitada y no lograba imponerse a esta división. Pero la situación comenzó a cambiar en el siglo XI con las reformas gregoria­nas —impulsadas por el Papa Gre­gorio VII—, mediante las cuales la Iglesia se recuperó e impuso su cri­terio de gobierno asumiendo un gran liderazgo político.



Las ideas políticas de la baja Edad Media

Por esta época empezó el renaci­miento de los estudios jurídicos y de manera general, el progreso de las universidades, lo que favoreció la elaboración ideológica del poder. Con base en la teología se defendió que el poder eclesiástico debía con­centrarse en las manos del Papa, quien a su vez podía interferir en los asuntos temporales, es decir, en la política feudal y en las monarquías. Entre los autores influyentes de este período se encuentra santo Tomás de Aquino (1225-1274), quien en su obra, la Summa Theologica, comentó la política de Aristóteles y propuso la existencia de un principio ordenador para la convivencia, el cual con­cluía en la búsqueda del bien común. En este sentido, la autori­dad eclesiástica se encontraba por encima de cualquier otro poder. Para santo Tomás habían tres tipos de leyes: humana, natural y divina, donde la última se sobreponía a las anteriores. Su obra influyó en el desarrollo de la teoría política hasta el siglo XVI.



Durante la Edad Media fueron fre­cuentes los enfrentamientos entre los príncipes y el poder eclesiástico a causa de intereses personales. En estos debates intervinieron varios autores defendiendo unos la legiti­midad de la soberanía papal, y otros, la causa de los príncipes. Entre estos últimos cabe mencio­nar a Dante Alighieri, Marsilio de Padua y Guillermo de Occam.

Sin embargo, en pleno apogeo del feudalismo y del poder de la Iglesia, bajo el creciente desarrollo del co­mercio, comenzó a aparecer el mo­vimiento urbano y municipal, así como las transformaciones sociales y culturales que este produjo. Entre sus consecuencias más importan­tes se encuentra el hecho de que se formara una nueva clase social, la burguesía, y con él los comienzos de la formación de nuevas expec­tativas políticas que marcarían la historia política en los siguientes si­glos. Su desarrollo se vio impulsado durante el siglo XIII por la aparición de los primeros sistemas parlamentarios. Por ejemplo, en Inglate­rra, en los tiempos de Juan sin Tierra (1217), surgió el sistema bicameral y se instituyó la Carta Magna, que les daba a los burgueses un lugar en el ordenamiento del reino. Algo similar ocurrió en Francia a co­mienzos del siglo XIV, cuando apa­reció el sistema parlamentario francés de los tres estados, en el cual los burgueses ya tenían voz.



Por esta misma época se produjo un acontecimiento muy importante para la historia política: el nacimiento del Estado moderno. Fue el resultado, en primera instancia, de las acciones de Felipe IV de Francia, quien decidió acabar con el poder de la Iglesia y de los señores feudales, para unificar el territorio bajo una sola autoridad.
Para lograr su objetivo, emprendió guerras contra los grandes señores, hasta que logró someter sus feudos. Así mismo, instaló la sede del pa­pado en Avignon, Francia, lo que le permitió consolidar su poder.

Esta política se fortaleció durante el siglo XV, especialmente después de la guerra de casi 100 años que sos­tuvo con Inglaterra, región que tam­bién consolidar la formación de su propio Estado. España hizo lo pro­pio con el matrimonio de los Reyes Católicos.

Estados Naciones.

La expansión también fue empujada por la intensificación del comercio entre las ciudades italianas y Flandes. El punto obligado de escala fueron los puertos portugueses, que crecieron en importancia. Con el apoyo de los regentes de la casa de Avis, sus navegantes explorar minuciosamente el Atlántico bordeando África, otro mundo totalmente nuevo: el Atlántico se convirtió en importante centro de actividad comercial. En 1471, los portugueses lograron la "hazaña" de traspasar el Ecuador, y en 1487 Bartolomé Díaz, dobló el Cabo de las Tormentas, en el extremo sur de África. El comercio con Oriente, que buscaba tapices, sedas, perfumes, metales, piedras preciosas y especias fundamentales para la conservación de los alimentos, quedó abierto mediante la circunnavegación del continente africano.

Mientras el expansionismo inundaba la conciencia de algunas naciones, en otras se rompía con la tradición monárquica medieval: aparecieron y se consolidaron los primeros estados nacionales. Hasta entonces el poder del rey estaba supeditado a la nobleza y limitado por el alto clero, cuando no se encontraban los reinos atomizados en numerosos feudos independientes. Ahora las monarquías entraban en una etapa de centralización del poder. Uno de los primeros casos lo protagonizó Castilla, el reino más grande y poderoso de la península ibérica.

Desde la formación de una conciencia nacional, buscó la unión con Aragón y Cataluña, lo que se concretó con el matrimonio de Fernando e Isabel en 1469. En adelante, su política fue la confiscación de tierras, la creación de un ejército y la limitación de los derechos de las ciudades. Así se consolidó el poder real en la Península, se controló el poder de los señores feudales y se ejerció presión sobre los reinos más pequeños y débiles. La fase final sobrevino a partir de 1480, cuando se adelantó la guerra contra Granada, último reducto del Islam en España.


 EL CISMA DEL PAPADO Y EL CONCILIARISMO.
Precisamente en el extremo opuesto a las corrientes centralistas y fiscales imperantes en Aviñón, se situó el grupo de doctrinarios antipapales, procedentes de los "espirituales" refugiados en la corte de Luis de Baviera. Entre ellos destacan el superior de los franciscanos Miguel de Cesena, Guillermo de Ockam y, sobre todo, Marsilio de Padua, autor de Defensor Pacis, una obra que rompía abiertamente con la tradición cristiana.

Para Marsilio el papa no gozaba de especial potestad y tenía sólo carácter sacerdotal; la jerarquía era de institución humana; la Iglesia carecía de poder de jurisdicción y los clérigos lo recibian de los principes; la Iglesia estaba, en suma, sometida al Estado. Sin llegar a esos extremos, lo cierto era que el poder eclesiástico dependía cada vez más del civil en las nuevas naciones. Ya entonces en algunas adquirió los caracteres que se mantuvieron durante toda la edad moderna.

En Inglaterra, a partir de 1351, se perfiló una iglesia anglicana, bien sumisa al rey y enfrentada con el papa por motivos fiscales y políticos. En Francia la estructuración de una iglesia galicana culminó con la "pragmática sanción" de Bourges (1438), en la que el clero francés adoptó con ligeras variantes los planteamientos conciliaristas para defenderse de los "excesos" de la Santa Sede.

DOS PAPAS A LA VEZ.

El regreso de los papas a Italia, instado por muchas voces, se hizo posible tras la pacificación de los Estados pontificios. Gregorio XI (1370-1378) se trasladó a Roma en 1377, pero no se inició la normalización esperada, sino que, a su muerte se inicia un período aún más confuso que el de Aviñón. El cónclave se realizó en medio de las presiones del pueblo de Roma que rechazaba la posibilidad de un nuevo papa francés. Con cierta rapidez se eligió al italiano Urbano VI (1378-1389), acatado como Papa por los cardenales en los primeros meses hasta que se separaron de él, declararon inválida la elección por haber votado sin libertad y eligieron como nuevo papa a Clemente VII (1378-1394) que se instaló en Aviñón. Ambos papas se excomulgaron y se inicio el cisma de Occidente, que en realidad sólo manifestaba la dificultad de saber quién era el papa legítimo.
Tres Papas

Tras treinta años de perplejidad y de intentos de solución por medio de cesiones o de compromisos, un grupo de cardenales de Roma y Aviñón decidieron aplicar la última vía y celebrar un concilio para resolver el cisma. El Concilio de Pisa (1409) depuso a los dos papas reinantes y nombró a Alejandro V. El resultado fue contar desde ese momento con tres papas, ya que los otros no aceptaron la solución de Pisa.


ASAMBLEAS REPRESENTATIVAS.
Ya hemos dicho como el rey no ha de responder ni ante papas ni emperadores, y solo ante sus súbditos ha de rendir cuentas. Si bien esto fortalecerá el poder del monarca, a la vez creará una situación novedosa, y es que éste tendrá que tener en cuenta, al menos en teoría, las aspiraciones de los habitantes de su reino, en base a las teorías romanistas y a las posturas que defienden la procedencia popular del poder, y de acuerdo igualmente con los principios de asesoramiento al monarca meramente feudales, como el consilium.
Así, en base a los nuevos tiempos, los tres órdenes feudales, o estamentos...nobles, clérigos y pueblo llano, compartirán ahora el mismo escenario en base a la defensa de sus intereses frente al rey, sirviendo a la vez de plataforma para que el monarca pueda lograr el apoyo político y económico necesario para la consumación de sus proyectos.

Hasta ahora tanto nobles como clero hacían valer sus derechos frente al rey, con mayor o menor fortuna, en base al sistema de relaciones feudovasalláticas, mientras el pueblo llano, es decir aquellos que ni luchan ni rezaban para salvaguardar el orden establecido, no tenía hasta ahora la posibilidad de hacer oír su voz en base a los nuevos tiempos. Esto cambiará notablemente.

El estado llano será, y mucho más en la plena Edad Media, un heterogéneo conglomerado que incluirá desde los grupos de marginados – ladrones, prostitutas, mendigos... – a los burgueses y patricios de las ciudades, enriquecidos al amparo del desarrollo económico plenomedieval. Y serán estos últimos los que acudirán a estas asambleas, junto al rey. Será la burguesía, que dotada a partir del siglo XII de cierta madurez, la que luche por sus intereses e intente abrirse un hueco dentro del cerrado sistema social de la Edad Media.

El surgimiento de la burguesía medieval está íntimamente relacionado con el auge económico y el consiguiente renacimiento urbano que acontece en Europa a partir del siglo XI. En las ciudades había muchos tipos sociales, que entre los más desfavorecidos y el opulento patriciado, incluía toda una gama de artesanos y mercaderes de diversa índole, aunque su característica principal consistía en su condición de libres, o al menos de no estar sujetos a los mismos compromisos que los campesinos.

 Los reyes y nobles, durante este periodo, intentarán a la vez incentivar el desarrollo urbano en sus dominios, fomentando el flujo comercial y garantizando su seguridad, así como dotando a las ciudades de cierta autonomía, en base a fueros y otras concesiones, que en el fondo reportaban enormes beneficios a los señores y a los monarcas, así como a las elites urbanas locales, que con el tiempo, y mediante estas asambleas, reivindicarán mayor autonomía judicial y administrativa para sus ciudades.

Por lo tanto tenemos un nuevo elemento político: las asambleas representativas, que surgirán a partir de los siglos XII y XIII en buena parte del occidente de Europa, y que aunque no debemos verlas como el origen, ni mucho menos, de las democracias europeas del siglo XX, - no en vano fueron arrinconadas por los monarcas y convertidas en meros símbolos ya en época moderna - sí que hemos de considerarlas como el fruto de la madurez política y social que los reinos del occidente de Europa habían alcanzado durante estos siglos cruciales del Medievo.

Organización política e instituciones en la Baja Edad Media: la Corona de Castilla.

En el siglo XIII se consolidó la autoridad del rey por la introducción del Derecho Romano (que defendía el origen divino y el poder absoluto del rey). El proceso se inició con el Código de Las Siete Partidas, de Alfonso X el Sabio y se confirmó con el Ordenamiento de Alcalá (1348) por Alfonso XI. Los reyes castellanos gozaban de amplios poderes políticos y se apoyaban en algunos organismos centrales de gobierno, de los cuales los más destacados eran: el Consejo Real, que aconsejaba al rey, integrado por representantes de la alta nobleza, del alto clero y juristas. La Audiencia era el órgano supremo de justicia; al principio itinerante, en el siglo XV fijó su sede en Valladolid con el nombre de Chancillería. La Hacienda recaudaba los tributos en Castilla, entre otros la alcabala.

La institución más importante eran las Cortes (nacidas en 1188, las más antiguas de Europa), formadas por nobles, Iglesia y representantes de las ciudades. Las Cortes votan los impuestos extraordinarios y podían presentar quejas, pero no tenían facultades legislativas. En el ámbito local, los Concejos municipales gozaban de cierta autonomía; en un principio el poder residía en la asamblea de vecinos – concejo abierto- pero desde el siglo XIV las oligarquías urbanas se hicieron con los concejos. En el siglo XV se creó el cargo de corregidor, representante del rey en los municipios con el fin de controlarlos.

LA GUERRA DE LOS 100 AÑOS.

La expresión Guerra de los Cien años, surgió a mediados del siglo XIX, identificando a una serie de conflictos armados, registrados de forma intermitente, durante el siglo XIV y el siglo XV (1337 - 1453), con la participación de Francia e Inglaterra. La larga duración de este conflicto se explica por el gran poderío de los ingleses por un lado y la obstinada resistencia francesa por el otro.

 Esta fue la primera gran guerra europea que provoco profundas transformaciones en la vida económica, social y política de Europa occidental. El reino de Francia fue apoyada por los reinos de Escocia, Bohemia, Castilla y el papado de Avignon. Inglaterra tuvo como aliados a Flandes, reinos alemanes y a Portugal. La cuestión dinástica que desencadeno la llamada Guerra de los Cien años sobrepaso el carácter feudal de las rivalidades político militares de la Edad Media y marco el contenido de los futuros confortamientos entra las grandes monarquías europeas. La Guerra de los Cien años duro 116 años (aunque hubo periodos largos de alto al fuego, treguas y paz por motivos económicos, políticos y por la peste bubónica que ocurrió por esos años)
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Causas de la Guerras de los Cien años (1337 - 1453)

a) La posesión de vastas comarcas de Francia por la corona inglesa, lo que obligo a Francia a unificar el territorio y acabar con el feudalismo, expulsando a los ingleses.
b) Inglaterra necesitaba de sus dominios continentales que le proporcionaban recursos para su economía.
c) Las pretensiones de los reyes de Inglaterra a la corona de Francia, debido a los complejos entronques familiares de la época.

Guerra de los Cien Años: Se pueden observar 4 periodos:

1. Primer Periodo: El triunfo ingles.- Se inició cuando Felipe VI reclamaba Guyana (1337) y Eduardo III de Inglaterra, reivindica la corona francesa. Esta etapa concluyo después de una sangrienta guerra, con la Paz de Bretigny (1360), en cuya virtud Eduardo III renuncia a la corona francesa a cambio de las propiedades de Calais y los territorios al sur del Rio Loira.

2. Segundo Periodo: El Triunfo Francés.- Carlos V, después de asegurar la paz interna de Francia, inicio la guerra contra los ingleses, logrando recuperar casi todos los territorios cedidos en la Paz de Bretigny.

3. Tercer Periodo: El Triunfo ingles.- Enrique V de Inglaterra reinicio las hostilidades contra Carlos VI de Francia, a quien lo venció y lo obligo a firmar el Tratado de Troyes (1420), por el cual reconocía como heredero del trono francés a Enrique V, que se había convertido en su yerno, por haber contraído matrimonio este con Catalina, hija del rey francés.

4. Cuarto Periodo: Juana de Arco.- A los dos años del Tratado de Troyes, habían muerto los reyes firmantes. La corona de Francia e Inglaterra recayó en Enrique VI, niño de un año, hijo de la princesa Catalina ( hija del rey de Francia) y Enrique V de Inglaterra.

Los franceses, imbuidos de sentimiento nacionalista, proclamo rey a Carlos VII, hermano de Catalina, y prosiguieron la lucha por la liberación de Francia. Cuando los franceses estaban siendo derrotados, surgió la figura de Juana de Arco, mujer analfabeta que, no obstante su origen humilde, era dueña de una inquebrantable fe cristiana y de una probada lealtad al rey. Ella al mando de un pequeño ejército, venció a los ingleses en el sitio de Orleans, en 1429.

Este acontecimiento exalto el espíritu nacionalista de los franceses, al mismo tiempo engendro la envidia de los borgoñeses, quienes apresaron a la heroína y la entregaron a los ingleses. Estos la acusaron de hechicería y herejía, por lo que fue sometida a la pena de la hoguera en la ciudad de Ruan (1430). La Guerra de liberación, iniciada por Juana de Arco, continúo exitosamente. El año 1453, solo les quedaba a los ingleses el puerto de Calais, que definitivamente lo perderían.

En Inglaterra el rey Enrique VI, luego de las derrotas en Francia, le disputará el trono la Casa de los york, dando origen a la Guerra de las Dos Rosas (1455); los partidarios del rey, la Casa Lancaster (Rosa Roja) y los opositores al rey, la casa de los York (Rosa Blanca), esta guerra duro treinta años. Al final se ciñó la corona Enrique VIIfundador de la dinastía Tudor, quien se adueñó de los bienes de muchos nobles desaparecidos y para afianzar el dominio en toda Inglaterra se casó con Isabel, de la casa rival del York.

ANEXOS








ACTIVIDAD

NOTA: REALIZAREMOS ESTA GUIA DE APRENDIZAJE EN LA PRÓXIMA CLASE, POR LO TANTO LLEVAR MATERIALES PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE EJERCICIO.
TEN PRESENTE QUE SI NO LA TERMINAS EN CLASE, DEBES LLEVARLA YA SOLUCIONADA EN SU TOTALIDAD PARA LA SIGUIENTE.

GUÍA DE APRENDIZAJE
OBJETIVO: Describir las principales transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales de la Baja Edad Media que sientan las bases del mundo moderno.

1: Elabora un cuadro resumen a partir de la información que se presenta a continuación:

TRANSFORMACIONES POLÍTICAS
El panorama político de Europa en la segunda mitad del periodo medieval era complejo y diverso.
Aún perduraba el ideal de la unidad de la Cristiandad, que estaba representado por una parte por el Papa, encabezando la jerarquía de sacerdotes y religiosos, y por otra parte por el emperador, con su pretensión de encabezar la jerarquía de los reyes, los nobles y las comunas. En el siglo XII, el Papado y el Imperio se enfrentaron y lucharon entre sí por conseguir el dominium mundi, el dominio universal.
En la Baja Edad Media comienza un proceso paulatino de fortalecimiento de las monarquías. El rey ocupaba el lugar más alto de la jerarquía política, por lo tanto los señores feudales le debían fidelidad. Los reyes se presentaron como protectores y defensores de la iglesia y ésta tendió a favorecerlos. Para la burguesía, muchas veces los reyes aparecían como sus aliados en los conflictos que los enfrentaban con los grandes señores. A los burgueses les interesaba la existencia de una autoridad que garantizara la paz y que favoreciera la actividad comercial. Los reyes además, a través de la recuperación del derecho romano, fueron vistos como la única autoridad que tenía la facultad de gobernar, legislar y administrar justicia.

TRANSFORMACIONES SOCIALES
Durante la segunda mitad de la Edad Media, la sociedad mantuvo una estructura estamental y su carácter rural. Era una minoría la que habitan en las ciudades, si bien su población fue creciendo. La mayor parte de la población urbana estaba constituida por el grupo de los burgueses, denominación que designaba a quienes vivían en la ciudad y no pertenecían a estamentos privilegiados, como era el caso de los comerciantes y de los artesanos, entre otros. Los burgueses basaban su poder en el dinero y no en la posesión de tierras, como los nobles. Se dedicaron al comercio, aumentaron sus capitales y poco a poco fueron adquiriendo el control de la economía en las regiones que habitaban. La burguesía agilizó el proceso de descomposición de la sociedad feudal y se convirtió en un importante aliado de los reyes, que combatían a la nobleza feudal en su lucha por dar forma a las poderosas monarquías nacionales.

TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS
El intercambio comercial en la Baja Edad Media se vio favorecido por las Cruzadas, puesto que éstas dejaron rutas terrestres, consolidando la ruta occidente-oriente, a la cabeza de la cual se situaron los burgueses del norte italiano, dando vida a ciudades como Venecia y Génova. El comercio por tierra se incrementó con las ferias, centros de intercambio (compra y venta) al por mayor, que se instalaban en los cruces de los caminos importantes.  Para organizar las transacciones de tantos productos, debieron perfeccionarse los sistemas de pago. Diferentes monedas comenzaron a circular (maravedíes, florines, ducados). El crédito se hizo cada vez más común y aparecieron las primeras entidades de préstamo de dinero, conocidas como banca. Los artesanos también se organizaron para protegerse de la competencia desleal y el descontrol de los precios; todos los que trabajaban en un mismo rubro se agrupaban en calles o barrios y se organizaban en corporaciones o gremios: asociaciones encargadas de reglamentar, entre otros aspectos, la duración del trabajo, el salario, la calidad de los productos y los precios. Ésta expansión económica influyó en el surgimiento del capitalismo comercial, que agilizó el intercambio económico y desarrollo las condiciones favorables para el fortalecimiento de la ascendente burguesía.
TRANSFORMACIONES CULTURALES
Durante los siglos IX al XI d.C. los únicos focos importantes de la cultura europea fueron los monasterios. En ellos se preparaban los futuros religiosos, monjes o seglares, estudiando teología y artes (literatura y ciencia). En el siglo XII aparecieron las escuelas urbanas y episcopales, que reemplazaron a las monacales. En el siglo XIII, los profesores y alumnos de estas escuelas decidieron agruparse al igual que lo hacían los artesanos, formando su propia corporación o universitas, como se llamaban en latín, donde se dio un gran impulso al desarrollo intelectual. Las universidades, eran corporaciones laicas de maestros y estudiantes que buscaban liberarse del poder episcopal y lograr la autonomía. Todas se dividían en cuatro facultades: Teología, Derecho, Medicina y Artes.

El cuadro a elaborar es el siguiente:

TRANSFORMACIONES
CARACTERÍSTICAS
POLÍTICAS

ECONÓMICAS

SOCIALES

CULTURALES


2: ELABORAR UN CRUCIGRAMA CON LOS SIGUIENTES TÉRMINOS:
-          Papa, rey, dominium mundi, cruzadas, burguesía, crédito, banca, gremios, monasterios, teología, universitas, medicina.
-          Debe indicar palabras horizontales y verticales y  cada término con su definición.

3.  Leer el siguiente texto y luego responder:


LOS ÚLTIMOS SIGLOS DE LA EDAD MEDIA: LA TRANSICIÓN AL MUNDO MODERNO
L
os últimos siglos de la época Medieval – siglos XIV y XV- dejaron atrás al feudalismo y debieron enfrentar una gran inestabilidad económica y política a causa de guerras, que trajeron hambre y epidemias como la peste negra, que llegó desde oriente y mató a 25 millones de europeos, un tercio de la población. La crisis económica, debida en gran parte a la peste negra, despobló las ciudades, provocó un descenso en los precios de los productos agrícolas y con ello una migración de los campesinos a la ciudad, favoreciendo el desarrollo del capitalismo inicial.
En el aspecto político, los siglos XIV y XV marcaron la crisis del régimen señorial: se acentuaron las luchas entre la nobleza feudal y los monarcas, que querían recuperar la autoridad real, para lo cual contaban con el apoyo de la emergente burguesía.
Entre los siglos XII y XV, Europa sufrió transformaciones importantes: los cambios socioeconómicos, la reaparición de los estudios (universidades) y el cambio de mentalidad política fueron debilitando el feudalismo y fortaleciendo la unidad nacional, a cuya cabeza se encontraba el rey, apoyado por la burguesía; clase que debía sustentar económicamente a las cortes reales y a los incipientes estados.
En Francia, Gran Bretaña, Portugal y España, los monarcas, entre los siglos XIX-XV, lograron unificar sus territorios y someter a la nobleza, debilitada por las continuas guerras. Con este proceso, se inició el periodo histórico conocido como Edad Moderna.

Preguntas:
1-      ¿Qué otro título pondría usted al texto?, ¿Porqué?
2-      Señale las consecuencias de la peste negra para la Europa de la época.
3-      ¿Cuál fue papel de la burguesía en el surgimiento de los estados nacionales?

ESTA SEMANA NO HAY SUGERENCIAS.

CIBERGRAFÍA.

http://historiacarlosdemiguel.blogspot.com.co/2010/02/el-poder-politico-en-la-plena-edad.html

http://www.lebrijadigital.com/web/secciones/29-historia/1952-historia-pensamiento-politico-en-la-baja-edad-media

http://www.socialhizo.com/politica/politica-en-la-edad-media

http://www.banrepcultural.org/node/32892

http://historiacarlosdemiguel.blogspot.com.co/2010/02/el-poder-politico-en-la-plena-edad_28.html

http://es.catholic.net/op/articulos/19177/cat/1050/el-exilio-de-avinon.html

http://www.selectividad.tv/S_H_2_1_17_S_organizacion_politica_e_instituciones_en_la_baja_edad_media:_la_corona_de_castilla._la_integracion_de_las_canarias_y_la_aproximacion_a_portugal._la_espana_del_siglo_xvi:_el_gobierno_y_la_administracion_de_america._la_ilustracion_e.html

http://www.historialuniversal.com/2010/07/guerra-de-los-cien-anos.html


lunes, 17 de abril de 2017

Desarrollo económico y organización social en las ciudades.

Bienvenidos a esta nueva temática, donde eventualmente trataremos de representar de la mejor manera los diferentes escenarios reflejados en las ciudades bajomedievales.

Vida Urbana en la Edad Media

INTRODUCCIÓN

La vida urbana en la Edad Media en Europa fue prácticamente inexistente. La mayoría de las ciudades romanas quedaron convertidas sólo en centros de administración eclesiástica y pasaron a formar parte del señorío territorial de un señor feudal, laico o religioso. Muy pocas personas vivían en ellas.Sin embargo, a partir del siglo XII esta situación cambió.

Como consecuencia del aumento demográfico, del desarrollo económico y de la necesidad de los mercaderes de establecerse en un lugar fijo, las ciudades recobraron su importancia. Entonces, las viejas ciudades romanas o antiguos burgos volvieron a poblarse y a su lado, aparecieron nuevos burgos: de la fusión entre los antiguos y los nuevos burgos nació la ciudad medieval. A los pobladores de las ciudades medievales, se los llamó burgueses. Este gran desarrollo urbano llegó a su máximo esplendor en el siglo XIII en el que algunas ciudades como, por ejemplo, París. Milán, Venecia y Florencia, alcanzaron los 100,000 habitantes.

Entre los siglos XIII y XIV se produjo un aumento considerable de actividad, que dio como resultado un mayor aprovechamiento de la industria y el comercio.

El comercio era desempeñado por los traficantes, cuyo oficio era el más peligroso de todos, ya que con frecuencia eran víctimas de bandoleros que robaban a mano armada las mercaderías y apresaban al comerciante para cobrar por su rescate. A esto se sumaba el pago de derechos que debían pagar por sus productos durante el trayecto, los que no eran pocos si se consideraba el cobro de entrada, de salida, en cada señorío, en cada ciudad y en cada puente.

Dadas las difíciles condiciones de comunicación, era imprescindible durante la Edad Media abastecerse de productos para un largo período de tiempo. De aquí la importancia de las ferias. Estas se formaban cuando comerciantes procedentes de distintos países se reunían en fecha fija en ciertos puntos llevando gran cantidad de mercaderías, y atrayendo a miles de compradores que no solo se acercaban con el objeto de comprar sino también para divertirse con las presentaciones de acróbatas y titiriteros.

Las habitantes medievales vivían prácticamente encerrados en las ciudades, debido a que se construían entre murallas para evitar peligros de ataques. Las calles estaban mal diseñadas, porque nadie se preocupaba de su alineamiento y cada cual construía su casa como mejor le pareciera. Por lo general eran sucias, ya que la única alcantarilla o desagüe era un arroyo en medio de la calle, por donde corría la sangre de los animales que mataba el carnicero y al que se echaba todo tipo de basuras. Tampoco contaban con iluminación, y para salir de noche había que llevar una antorcha o lámpara.

Como consecuencia de la forma como se edificaban las casas —una sobre otra— y la falta de higiene, las poblaciones se encontraban siempre expuestas a los incendios y la propagación de enfermedades. Así, no era poco frecuente que cuando una vivienda se incendiaba, el fuego se extendiera por el barrio entero.

Cuando la peste o los incendios azotaban las poblaciones, las víctimas se contaban por millares. En el año 1418, entre los meses de septiembre y diciembre, una terrible epidemia se dejó caer sobre París, falleciendo más de cien mil personas. Sin embargo, a partir del siglo XIII la urbanización de las poblaciones empezó a mejorar, y en Francia Felipe Augusto hizo cercar los cementerios, empedrar las calles y edificar fuentes para distribuir el agua de manantial proveniente de colinas cercanas. Poco a poco las casas de madera fueron sustituidas por casas de piedra, con lo que también comenzó a introducirse el lujo en castillos y poblaciones.

La población urbana

Las ciudades medievales eran, en su mayoría, pequeñas: pocas superaban los 10 000 habitantes y no muchas tenían más de 5 000 habitantes. En las ciudades más pequeñas se concentraba y luego, se distribuía la producción agrícola de los alrededores. Las ciudades más grandes abarcaban un territorio mayor: servían a varias pequeñas, o a todo un país. Así, por ejemplo, Londres, con 40,000 habitantes hacia el siglo XIII, era el principal punto de confluencia de los productos ingleses, y el distribuidor de las importaciones que llegaban a Inglaterra procedentes de otros países.

La ciudad medieval

Con el renacimiento comercial, las ciudades se convirtieron en centro de atracción de muchas personas de diferente condición social y económica.
Un lugar atractivo

Las ciudades medievales atrajeron a una enorme cantidad de mercaderes que se establecieron en ellas y que con el tiempo, llegaron a dominarlas. La mayoría estaba situada cerca de un río, del mar o de un camino importante. Este hecho las convirtió en centros comerciales. Las ciudades también se convirtieron en centros de atracción para los campesinos que buscaban mejores oportunidades. Algunos siervos llegaron a ellas huyendo de los señores feudales.

Los campesinos libres lo hicieron atraídos por la creciente actividad artesanal y comercial. Con ello, estos campesinos se convirtieron en artesanos. Ellos pasaron a ser la mano de obra de la industria destinada, por un lado, a satisfacer las necesidades de una población urbana cada vez mayor, y por otro, a generar artículos que pudieran ser comercializados fuera. Por último, en algunos casos como, por ejemplo, en muchas ciudades del sur de Francia y en la mayoría de las ciudades italianas, los señores feudales abandonaron sus castillos para residir en las ciudades, dedicándose, también, al comercio. Entonces, las ciudades se volvieron centros de consumo, de producción artesanal y, a la vez, de redistribución.

Industria y mercaderes
El renacimiento de la artesanía            
EI atractivo que las ciudades medievales ejercieron sobre los campesinos la liberación del campo, a partir del siglo XII, cierta cantidad de mano de obra que trabajó en la industria urbana.

En la Edad Media la industria no contaba con grandes maquinarias y su producción era limitada, es decir, era de tipo artesanal. Por eso. a los obreros se los llamó artesanos. Los artesanos medievales del siglo XII retornaron a las viejas técnicas olvidadas y aprendieron, a la vez de los artesanos del Islam y de Bizancio. A diferencia de Europa occidental, estas regiones contaron con una industria muy desarrollada a lo largo de toda la Edad Media.

Los mercaderes en las ciudades

EL poderío económico de los mercaderes estuvo estrechamente vinculado al desarrollo de las ciudades que fueron sus centros de negocios. En el siglo XIII, las ciudades estaban dominadas por ellos. Los grandes mercaderes, a los que a veces se unieron los nobles, ocuparon los puestos de gobierno y constituyeron un patriciado urbano, que controló la vida municipal y que no encontró oposición violenta hasta la crisis del siglo XIV. Este patriciado también monopolizó la dirección económica de las ciudades.
Burguesía y burguesía
El papel protagónico en el desarrollo de las ciudades lo tuvieron sus habitantes: los burgueses. Bajo este nombre pasó a designarse a todas aquellas personas cuya riqueza se basaba en el dinero y no en la tierra. El enriquecerse con dinero y no dedicarse a actividades rurales, distinguió a los burgueses de los campesinos y de la nobleza feudal. Por eso formaron una nueva clase social: la burguesía.

 La aparición de la burguesía rompió el rígido esquema de la sociedad feudal de órdenes. La mayoría de los burgueses no pertenecía a ninguno de los órdenes. Ellos eran mercaderes, y artesanos especializados en diversos trabajos: panaderos, herreros y carpinteros, entre otros oficios.

Libertades urbanas y burguesas
Algunas ciudades acogieron a los señores feudales. En esos casos, la nobleza invirtió su riqueza en el comercio, se dedicó personalmente a los negocios y acaparó los cargos políticos de la ciudad. De esta manera la nobleza se aburguesó.

En otras ciudades, en cambio, los mercaderes plebeyos acapararon el poder y, al hacerlo, buscaron liberarse del control que ejercía sobre ellos la nobleza. Sus ciudades estaban en las tierras de algún señor feudal. Para resolver este problema, algunos mercaderes optaron por aliarse a los nobles casándose con ellos o comprándoles sus títulos de nobleza. En esos casos fueron los burgueses los que se ennoblecieron. Sin embargo, generalmente, los burgueses se libraron del dominio feudal emprendiendo sublevaciones y contratando mercenarios que forzaron a la nobleza a renunciar a sus derechos.

En otros casos, recurrieron al apoyo de los reyes, a quienes les interesaba doblegar a la nobleza. A cambio de apoyo financiero, las ciudades recibieron de los monarcas cartas de libertades que las colocaban directamente bajo la autoridad real -sustrayéndolas del control de los señores-, las autorizaban a administrar justicia por sí mismas y otorgaban libertad personal a sus habitantes.

También obtuvieron de los monarcas el derecho de autogobernarse, lo que posibilitó la formación de gobiernos comunales, que recibieron diversos nombres: ayuntamiento, señorío o comuna. Los privilegios otorgados a las ciudades debilitaron los esquemas feudales. La Iglesia no vio con buenos ojos el rápido ascenso de la burguesía. Sus ocupaciones encaminadas a acumular dinero fácil fueron consideradas por los clérigos síntomas de avaricia. Por eso, pasaron a formar parte de una lista de oficios deshonrosos. Por otro lado, los intereses que algunos mercaderes cobraban por sus préstamos fueron calificados de usura. Con el tiempo, sin embargo, la Iglesia se volvió más tolerante con los burgueses, que eran muy religiosos, y convino en que eran necesarios para la sociedad.

La vida en la ciudad

Las ciudades medievales fueron muy activas. Al contrario de lo que sucedía en el campo, la división de tareas caracterizó la vida económica urbana y la vida cultural recobró importancia.

El trabajo y los gremios

Los habitantes de la ciudad se especializaban en un oficio y compraban en el mercado lo que no producían. Los artesanos de un mismo oficio y los comerciantes se agruparon en gremios. Los gremios fijaban los procedimientos de fabricación, las normas laborales, las horas de trabajo y los salarios.

También aseguraban la destreza en el oficio: se accedía al grado de oficial tras un aprendizaje de diez años, como mínimo, en el taller de un maestro. Así, los productos eran semejantes en calidad y en precio. Nadie podía ejercer un oficio si no pertenecía al gremio respectivo. Los gremios eran muy poderosos y, frecuentemente, se enfrentaron con violencia por el control de la ciudad.

La vida cultural

Como las actividades urbanas requerían nuevos conocimientos como, por ejemplo, llevar libros de cuentas, escribir cartas o redactar inventarios, los burgueses fundaron las primeras escuelas laicas. Así, la actividad intelectual dejó de ser exclusiva del clero. También se fundaron las primeras universidades, que introdujeron al sistema antiguo de enseñanza estudios de leyes y de teología y otras disciplinas como, por ejemplo, la medicina.

Una nueva espiritualidad

Desde el punto de vista religioso, el contraste entre ricos y pobres provocó una necesidad de reforma. De esta manera surgieron en el siglo XIII las órdenes mendicantes: franciscanos y dominicos. Ambas adoptaron una moral basada en la austeridad y se instalaron en las ciudades, relacionándose con sus problemas. Sus ocupaciones principales fueron la prédica y la enseñanza.

La estructura social en el ámbito urbano bajomedieval.

 Clases altas  o poderosos. Eran el 10 o el 15% de la población. Al antiguo patriciado, se suman los burgueses enriquecidos, y tras las tensiones y revueltas se incluirán algunos maestros y dirigentes de gremios. Este grupo resultante, a pesar de su origen mixto, tiene unidad como clase y también como grupo en auge, siempre según los casos. Muchos de estos nuevos integrantes eran los hombres de negocios o grandes mercaderes, especialmente en el siglo XV (Médicis en Florencia; Fugger en Augsburgo; el patriciado barcelonés integrante de la biga o partido conservador en el siglo XV; o los mercaderes burgaleses).

Era tendencia común en aquellos grupos buscar formas de vida y situaciones jurídicas que los identificaran con la nobleza tradicional. En algunos casos como en Cataluña la distinción entre ciutadans honrats y cavallers o baja aristocracia rural permaneció siempre clara, a pesar de ser iguales jurídica y económicamente. Pero en otros casos como en Castilla, el acceso a la aristocracia y el carácter “caballeresco” de los patriciados u oligarquías urbanas fueron mucho más intensos desde tiempo antiguos.

            - Grupos medios o manos medianos. Suponían el 25% de la población urbana. Dentro de ellos había algunos sectores con mayores posibilidades: los maestros de gremios, los hombres de leyes, los servidores y administradores urbanos de la alta aristocracia, o los comerciantes de algunos ramos. Algunos incluso disfrutaban de exenciones fiscales (como los francos de las ciudades de Castilla), pero seguían sin pertenecer a las clases altas.

            - Grupos menoresmenudosmenuts o mano menor. Es el vecindario común, representaba el 60%, y sus niveles de riqueza eran bajos, hasta el extremo de que muchos o no contribuían o apenas podían hacerlo al reparto de los “pechos” o impuestos directos de donde procedía su nombre castellano de “pecheros”.

            - Los marginados. No tenían la condición de “vecinos”. La obtención de la vecindad se concedía previa solicitud al municipio después de un plazo de residencia, (normalmente un año y un día) y de asegurar la solvencia económica y el enraizamiento (mediante vivienda y matrimonio), que aseguraran que cumpliría sus obligaciones fiscales y militares si llegaba el caso. Entre ellos había grupos socialmente respetados y a menudo con fuerza económica, como algunas partes del clero, las colonias de mercaderes extranjeros, o la mayoría, que eran simplemente forasteros. Pero otras personas no tenían acceso a la vecindad:

1.    Por motivos religiosos: judíos, los musulmanes mudéjares.
2.    Por su propia actividad como pobres de solemnidad, prostitutas, rufianes, gentes de mal vivir, vagabundos, etc.

ANEXOS.













ACTIVIDAD.

En todo este proceso académico y en nuestra plataforma, hemos hechos múltiples informes que a su vez están acompañados por preguntas, sugerencias, crucigramas.

Por ende la actividad que propongo hoy nos ofrece dinamismo; Así que vamos a realizar un juego en grupos de tres donde puedan participar un número aproximados de 2 a 5 personas.

El juego debe contener preguntas sobre la temática aquí tratada, siguiendo siempre los parámetros de la lectura asignada. Las preguntas deben oscilar de ocho a doce.

Si deseas puedes ponerle un poco de tu imaginación, ten presente la estética y el esfuerzo, además este ejercicio permitirá evaluar el compromiso de tus lecturas.

NOTA: TODOS DEBEN PARTICIPAR EN ALGUNO DE LOS JUEGOS YA QUE ES EVALUABLE.( NINGUNO QUEDARÁ SIN EVALUAR)

SUGERENCIA.

https://www.youtube.com/watch?v=Qo4av_sQIqk
https://prezi.com/xydcmly_ffx1/el-burgo-la-vida-en-la-ciudad/

CIBERGRAFÍA.

http://mihistoriauniversal.com/edad-media/vida-urbana-en-la-edad-media/
https://www.salonhogar.net/Salones/Historia/4-6/Alta_Edad_Media/Baja_Edad_Media.htm