CULTURA INTELECTUAL Y CULTURA POPULAR.
Bienvenidos a esta nueva temática, la cual estará más que interesante, ya verán ... pues en ella analizaremos algunas concepciones de la época que siguen vigentes en la actualidad; como el tiempo, la imprenta, el papel de la mujer y el hombre, los artistas y su ingenio, entre otros.
sin más ni menos vamos a comenzar.
Introducción a la cultura en la Edad Media.
En el aspecto
cultural, la Edad Media supuso, especialmente a partir del siglo X, un
interesante florecimiento de nuevas manifestaciones artísticas y culturales,
animadas por el horizonte que se abría ante los contemporáneos.
Los siglos
medievales fueron, asimismo, tiempos de movimientos de personas e ideas,
auspiciadas por el desarrollo del comercio, de las ciudades y su nueva clase
emergente, la burguesía, así como de las universidades y las peregrinaciones,
además de los movimientos de juglares y monjes de las grandes órdenes que iban
de un monasterio a otro.
El intercambio
al que hacemos referencia fue favorecido por el uso del latín como lengua
común, ya que no sólo era el modo de expresión de los más cultos, sino que
también del pueblo. No obstante, no toda la sociedad hablaba el mismo latín, de
hecho, hoy en día los estudiosos han diferenciado entre el lenguaje culto y el
popular, entre aquel utilizado por los monjes en sus traducciones y copias
-considerado hoy un paso esencial en el desarrollo de la cultura- y el usado por
el pueblo, siempre en forma oral.
Monasterios y universidades.
El clero fue el
depositario de la cultura intelectual en la Edad Media, donde los monasterios y
las escuelas, sirvieron como centro de estudio hasta la creación de las
universidades, instituciones que consiguieron, de forma progresiva, un status
de independencia.
Las
universidades podían ser de dos tipos dependiendo de la naturaleza de las
mismas: las Mayores eran aquellas fundadas por el poder real mientras que las
Menores los eran por los prelados. Independientemente de su titularidad, en
ambas se estudiaban las siete Artes Liberales o trívium y cuadrivium.
Literatura medieval.
A partir del
siglo XI encontramos las primeras manifestaciones literarias en lenguas
vernáculas o romances. Así, por ejemplo, en la península ibérica se fue
imponiendo el castellano gracias a que fue la lengua de aquellos que llevaron a
cabo la reconquista.
Entre estas
lenguas locales, por ejemplo, comenzamos a observar un gusto por la lírica y la
narrativa, especialmente aquella anónima y cantada, donde los temas del amor
entre una dama y un caballero, amor cortés, las andanzas de los caballeros en
las guerras -que además buscaban en el pasado tiempos de gran gloria- o los
cantares de gesta eran los preferidos.
Estas
composiciones eran cantadas por los juglares, poetas-cantantes preparados en
escuelas especiales, que marchaban de pueblo en pueblo recitando las historias.
El tema preferido de los cantos juglares era el amor, especialmente aquel entre
un caballero y una dama. De esta forma surge el amor cortés, relación entre un
caballero, y una dama casada y, por tanto, una relación más platónica que real,
bajo peligro de realizar un acto infiel e incumplir así las reglas de juego.
En España, la
literatura fue muy rica y variada. Desde las jarchas judías y moriscas
-pequeños poemas escritos en lengua romance que algunos autores colocaban al
final de sus obras, y por algunos estudiosos consideradas las composiciones
líricas más antiguas de Europa- hasta el poema se los Siete Infantes de Lara,
el cantar de gesta de Don Sancho II de Castilla o el Mio Cid, cantar de gesta
anónimo que representa mejor que ningún otro, las andanzas de un caballero
medieval en tierras españolas. Es además el único que se conserva de forma
completa, la primera obra extensa de la literatura española escrita en lengua
romance.
En el siglo
siguiente aparecen los primeros poetas conocidos, entre los que destacarán
Gonzalo de Berceo. Los principales autores españoles del siglo XIII fueron el
Arcipreste de Hita, poeta satírico, Don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor
para pasar al siglo XV con Juan de Mena, El Marqués de Santillana o Jorge
Manrique, verdaderos maestros de la pluma.
Las
composiciones, escritas en latín o en lenguas vernáculas, para las clases más
populares o más cultas, tienen en común un fin didáctico. Todas ellas terminan
con una enseñanza. El mismo fin, en una sociedad en su mayoría analfabeta,
perseguían las esculturas colocadas en las fachadas de las iglesias y
catedrales. Desde que sólo una minoría sabía leer y escribir, eran necesarias
escenas que narrasen hechos que tuviesen cierto fin moralizador.
Filosofía.
En el plano
intelectual, la cultura monástica impartida en las escuelas catedralicias
primero, y en las universidades, después, tras surgir a finales del siglo XII,
fue la preponderante. Así, la escolástica- método por el cual se pretendía
descubrir la Verdad filosófica a través de la Dialéctica bajo el eje
vertebrador de Fe y Razón- se convirtió en la manifestación filosófica más
destacada de la época, dando lugar a debates y discusiones que marcarían la
superioridad del mundo espiritual frente al terrenal.
Dentro de la
corriente escolástica, se abrieron tres etapas diferentes que correspondieron a
teorías desarrolladas por diferentes teólogos, filósofos y pensadores. Entre
ellos destacaremos a Pedro Abelardo, Roger Bacon, Alberto Magno- quien tradujo
a Aristóteles- su ayudante Santo Tomás de Aquino- el pensador más prolífico de
la Edad Media que llevó a la escolástica a su máximo apogeo- o Guillermo de
Ockham, quien realizó una excepcional crítica a las teorías Tomasistas.
Aspectos científicos.
Otro aspecto
importante si hablamos de la cultura en el Medievo, es la alquimia, siendo
aquellos que la desarrollaron llamados alquimistas. El más importante entre los
españoles fue Arnaldo de Villanueva quien aprendió en las mejores escuelas de
químicos árabes. Si atendemos a la medicina, fueron los autores griegos e islámicos
los más traducidos al latín y así las teorías de Galeno- médico griego- pasan a
convertirse en el centro de la ciencia médica hasta llegar a nuestros días a
ser considerado el padre de la medicina moderna.
La Cultura
medieval es un conjunto de manifestaciones filosóficas, religiosas, literarias,
etc. que conforman el corpus de la intelectualidad de la Edad Media.
DESARROLLO CULTURAL EN LA EDAD MEDIA.
El surgimiento de las ciudades, la formación de una
próspera clase media, las reformas monásticas y el contacto con otras culturas
estimularon el desarrollo cultural. Los príncipes y la Iglesia necesitaban de
personas instruidas en las leyes. El comercio internacional y las operaciones
de dinero requerían de un mayor grado de instrucción. Con el fin de responder a
estas exigencias se formaron asociaciones de profesores y estudiantes,
comparables a los gremios con sus maestros y aprendices. Estas corporaciones de
estudio recibieron el nombre de Universidades.
La primera fue la Escuela de Bolonia, famosa por
sus juristas.
Luego, los príncipes y reyes fundaron Universidades en
toda Europa. La fundación debía ser aprobada por el Papa. Cada Universidad
recibía sus estatutos propios.La Universidad estaba dividida en las cuatro
Facultades de Artes, Medicina, Derecho y Teología. El primer grado
universitario era el Bachillerato. El título de Magister confería el derecho de
enseñar en la Universidad. Los estudios culminaron en el Doctorado.
Las Universidades servían a la formación profesional y
preparaban a los profesores, médicos y abogados que la sociedad necesitaba.
Pero su tarea más elevada consistía en la búsqueda e interpretación de la
verdad. Los sabios cristianos estaban convencidos de que la razón y la fe se
complementaban. La filosofía y la teología debían explicar los misterios de la
revelación divina. El sabio más famoso de la Edad Media fue Santo Tomás
(1225-1274), el principal representante de la Escolástica, quien creó una
síntesis de la filosofía aristotélica y del pensamiento cristiano.
Durante toda la Edad Media el latín fue la lengua de la
Iglesia, de las Universidades y de la ciencia. Al formarse las nacionalidades
europeas, éstas desarrollaron sus propias lenguas, que luego encontraron
también expresión literaria. En España nació como primer documento literario de
la lengua vernácula el Poema del Cid. Se considera que la obra literaria más
grandiosa de la Edad Media es la Divina Comedia, del poeta italiano Dante. Esta
obra, que narra la historia del viaje mítico del poeta por el infierno, el
purgatorio y el cielo, es auténtica expresión del espíritu religioso de la Edad
Media.
La religiosidad medieval encontró también su expresión en
las creaciones del arte y, en especial, en la arquitectura. A partir del siglo
X se desarrolló el arte románico, que se caracteriza ante todo por el empleo
del arco de medio punto y la bóveda y la cúpula de media naranja. En el siglo
XII nació en Francia un nuevo arte que recibiría el nombre de gótico. Sus
elementos más típicos son el arco apuntado u ojiva, las ventanas de lancetas,
los rosetones y las vidrieras de múltiples colores. La catedral gótica, con sus
altas torres y sus altas naves era expresión de una profunda religiosidad y de
la mística esperanza del hombre medieval de unirse a Dios.
EL Tiempo en la Edad Media, acercamiento a lo cotidiano.
El tiempo tenía para el hombre medieval dos referentes;
el primero, de carácter físico, era el sol; el segundo, de carácter espiritual,
eran las campanas de las iglesias. Esto ponía de manifiesto la dependencia del
ser humano respecto a la naturaleza
Las relaciones existentes entre el cómputo de la Pascua y
el ciclo lunar y entre la Navidad y el solsticio de invierno, los dos hitos del
calendario cristiano evidenciaron el papel de la Iglesia en la visión del
tiempo entre los europeos.
Los tiempos litúrgicos se acomodaron a las grandes
divisiones del año, las estaciones. Al inicio del invierno, el Adviento
anunciaba el nacimiento de Cristo. Tras él, al comenzar la estación y terminar
el año, las fiestas navideñas (Natividad, Circuncisión, Epifanía), estaban
seguidas por un tiempo de purificación (de animales: san Antón, 17 de enero; de
personas: la Candelaria, 2 de febrero; de conciencias: Cuaresma, recuerdo de
los cuarenta días de ayuno de Cristo en el desierto).
Con la primavera, llegaba la Pascua (domingo después del
primer plenilunio de la estación), la Ascensión y el Pentecostés. Y con el
verano, la festividad de san Juan (24 de junio), en pleno solsticio estival,
recubriendo ritos cristianos del agua y el fuego, y, tras él, la Asunción de la
Virgen (15 de agosto), la gran fiesta de la fertilidad de las cosechas.
La llegada del otoño, con la rendición de cuentas y
rentas, se puso bajo el título de dos santos mediadores: Mateo, el recaudador
(21 de septiembre) y Miguel, el arcángel encargado de pesar las almas (29 de
septiembre). Por fin, el año cristiano, pero también el de la actividad
agrícola, ganadera y pesquera, concluía en torno a Todos los Santos (1 de
noviembre), la conmemoración de los fieles difuntos (día 2), heredados de la
tradición celta, y San Martín (11 de noviembre).
El ritmo semanal, resultado de dividir en siete el mes
lunar de veintiocho días, estaba ya en la tradición caldea, pero fue el relato
bíblico de la creación el que consagró seis días de trabajo y uno de descanso,
en que está prohibido todo trabajo, incluso el viaje, si no es por motivo
grave. Así 52 domingos al año y otras tantas fiestas, numerosas sobre todo en
mayo y diciembre, constituían los días de guardar, con obligación de oír misa y
evitar obras serviles.
De esta forma, por cristianización de tradiciones previas
o imposición de otras nuevas, la Iglesia se convirtió en la gran dominadora del
tiempo en la sociedad europea. Incluso, dentro del día, el ritmo de las horas
se inspiraba en el de las previstas en las reglas monásticas y las campanadas
de los templos se encargaban de recordarlas.
A lo largo del siglo XIV el ritmo de vida cotidiana en
las principales ciudades de occidente experimentará una profunda modificación.
El tiempo, como bien divino que venía medido por la sucesión de campanas que
anunciaban las horas canónicas, deja de ser elástico y gratuito para
convertirse en un elemento mesurable y apreciable. Los negociantes medievales
descubrieron que la medida del tiempo era importante para la buena marcha de
los negocios, pues la duración de un viaje, las alzas y bajas coyunturales de
los precios o el periodo invertido por un artesano en la elaboración de un
producto eran factores temporales que intervienen al final en los resultados
económicos; es decir, se descubrió que el tiempo tenía su precio, por lo que
era necesario controlar y medir su discurrir.
La lengua vernácula.
Las lenguas vernáculas son el resultado de la interacción
de muchas culturas que van influenciando el idioma. Por ejemplo de las lenguas
celtas, incorporamos a nuestro idioma las siguientes palabras: roca, muñeca,
manteca, morcilla, potaje, tocino, cerveza y bate.
También existen iberismos como: conejo, becerro,
garrapata. Del fenicio adoptamos las siguientes palabras: nombres como Elisa,
Emmanuel y las palabras vaca y Cádiz. Del vascuence: Chatarra, pizarra, alud.
A rasgos generales, los romanos antes del Siglo III a.c,
influenciaron y enriquecieron nuestra lengua española cuando en ese siglo
invadieron Hispania aportando el latín vulgar.Poco después, los visigodos
comenzaron un lento proceso de fragmentación lingüística que dio como resultado
los diferentes dialectos españoles
Tardíamente, los árabes en el 711 D.C dominaron toda la
Península Ibérica (menos las montañas del norte) aportando aproximadamente 4
mil arabismos.
Algunos ejemplos de palabras que fuimos adoptando en
nuestra lengua cotidiana son: alfombra, atalaya, aceite, aceituna, albahaca,
albañil, alcalde, alcantarilla, alcoba. Y entre otras; alcohol, alfalfa,
álgebra (aritmética), algodón, ojalá (si Alá quiere).
En la baja edad media, Antonio de Nebrija redactó la
gramática castellana, siendo ésta la primera de una lengua vulgar. Juan de
Valdés, en su Diálogo de la lengua (1535), expresa la importancia de la
herencia filóloga al decir:“Todos los hombres somos más obligados a ilustrar y
enriquecer la lengua que nos es natural y que mamamos en las tetas de nuestras
madres, que no la que nos es pegadiza y que aprendemos en libros”
Durante la Edad Moderna, con la conquista de América, el
castellano comienza a llamarse español y se enriquece con vocablos indígenas
como: cocuyo, colibrí, daiquiri, hamaca, huracán, henequén, iguana, caribe,
tabaco, maní.
En cuanto a los africanos se adoptan en nuestra lengua
vernácula las palabras: Bomba, candungo, cocolo, Cocoroco, burundanga,
abombarse, fufú, funche, chévere, dengue, anamú. Y de los anglosajones adoptamos palabras como parkear,
relax, dron, ok, gufear, entre otras muchas otras.
Literatura vernácula; El vernáculo es un género literario
que utiliza el lenguaje usado diariamente en la escritura y el habla. Es diferente de las obras escritas, ya que normalmente
siguen la variedad formal del lenguaje. La palabra “vernáculo” se refiere al
escribir o hablar del público.
Encontramos el origen de la literatura vernácula durante
la edad media en diferentes países de Europa. De hecho, el latín era el
lenguaje de los documentos históricos, la religión y la gente común ni siquiera
lo hablaba en la Europa medieval como tampoco la lengua sánscrita en la India.
Sin embargo, los escritores de lengua vernácula
divergieron de las tendencias formales escribiendo en el lenguaje de la gente
común como Dante, Geoffrey Chaucer y Mark Twain. En esta línea, Dante Alighieri
fue el primero que utilizó el lenguaje vernáculo en su famoso poema épico, La
Divina Comedia.
Dante,
Petrarca, Boccaccio entre otros humanistas rescataron las
lenguas antiguas para comunicar sus ideas, pero a la vez consideraban que las
lenguas vernáculas eran un vehículo eficaz para transmitir los saberes y a la
vez cultivar las ciencias.
El poeta Dante Alighieri escribió en latín De vulgari
eloquentia (Sobre la lengua vulgar) para así exaltar el habla italiana
cotidiana, la cual no consideraba una lengua estática, sino al contrario, una
lengua que evolucionaba y que necesitaba ser contextualizada en la historia.
La Imprenta.
Hacia la mitad del siglo XV se dio a conocer la imprenta
en Europa, aunque éste no había sido un descubrimiento nuevo. En efecto, el
libro impreso más antiguo que se conserva, estampado con grabados de madera,
procede de China y al adaptar el colofón que lleva con la cronología occidental
indica que fue impreso en el año 868. Esta fecha pone de relieve que el arte de
la impresión se conocía desde mucho antes y que se produjo inicialmente en
China.
Ahora, lo que sí hay que decir es que los fines iniciales de la
impresión en China eran diferentes a los propuestos por los europeos. Para los
chinos la impresión cumplía con el deseo, no de difundir el saber, sino de
obtener ventajas religiosas con la reproducción fiel de una imagen o un texto
sagrado (36). Otra diferencia importante entre el arte de imprimir en Oriente y
Occidente era los materiales utilizados. En Europa se imprimía con tipos
móviles de metal (pequeños bloques de plomo que tienen en relieve un signo o
una letra) mientras que en China y en otros países asiáticos influidos por esta
cultura la impresión se hacía con bloques de madera.
El inventor de los tipos móviles en Europa fue Johann
Gutenberg (1.394-1.468), quien además también se encargó de solucionar gran
parte de los problemas con que se enfrentaría el impresor para hacer su labor
eficiente. Debido a la cantidad reducida de caracteres distintos que tiene el
alfabeto romano, el tipo móvil, fabricado en metal y en grandes cantidades para
cada letra individual, ejerció gran influencia en la imprenta de Occidente
.
Esto no fue posible en China pues la enorme cantidad de ideogramas no era
apropiada para el tipo móvil intercambiable. El primer libro datado e impreso
con tipos móviles de metal fue la Biblia de “Gutenberg” que apareció poco antes
de 1.456 aunque sin colofón. Gutenberg se encargó de adaptar la prensa de
tornillo de madera que usaban los encuadernadores para asegurar que los tipos
estuvieran unidos y poder oprimirlos con fuerza. De esta manera se obtenía una
impresión uniforme. También solucionó el problema de la tinta pues se
necesitaba una que no se corriera de los bordes del grabado. Afortunadamente el
problema del papel ya estaba resuelto pues los chinos ya lo fabricaban.
El arte de imprimir o como lo llamaban los primeros
impresores, ars artificialiter scribendi, o el arte de la escritura artificial,
tenía como propósito original producir grandes cantidades de un manuscrito y de
igual calidad. A medida que la imprenta se hizo más popular los precios de los
libros impresos fueron bajando y los copistas se vieron en serios aprietos. Al
final lo que tuvieron que hacer fue colaborar con los impresores. Durante el
período posterior a la Biblia de Gutenberg se pudo observar la competencia de
lo viejo, los manuscritos, con lo nuevo, los libros impresos y el triunfo de
éste último conllevó a la popularización de muchos manuscritos. Las obras ya no
aparecían en latín solamente, sino también en lenguas vernáculas por lo que el
conocimiento, antes privilegio de eruditos y de gente rica, se hizo más público
que nunca.
Las imprentas se multiplicaron de manera sorprendente. A
partir de la única imprenta en Mainz en 1.457, en sólo veintitrés años se
establecieron imprentas en 110 ciudades (37). Por tanto, los libros se
incrementaron en grandes proporciones y para el año 1500 ya existían cerca de
diez millones de libros impresos en circulación. Los ejemplares de cada libro
también fueron creciendo en número; hacia 1.480 se imprimían a lo sumo cien
ejemplares por libro y para 1.500 la producción sobrepasaba fácilmente los mil
ejemplares lo cual produjo el abaratamiento de los libros y la consecuente
facilidad de adquirirlos para mucha gente.
El aporte de la imprenta para el nacimiento de la ciencia
experimental fue tan importante que las fechas que marcaron el inicio de una
nueva concepción de la naturaleza son las de las publicaciones de grandes
obras. Entre ellas está la aparición de la primera edición impresa del libro de
Nicolás Copérnico De Revolutionibus Orbium Caelestium en 1.543 cuando su autor
se encontraba en el lecho de muerte. Según los expertos, con la publicación del
Revolutionibus comenzó la revolución científica de la que hicieron parte
Galileo y Newton. El mismo año de publicación del libro de Copérnico es el de
la publicación del libro de Vesalio sobre sus estudios de anatomía, De humanis
corporis fabrica, el cual le valió la fama a medida que se difundía por toda
Europa.
Con este libro Vesalio dio a conocer que la anatomía “humana” de Galeno
era sólo el conjunto de afirmaciones generalizadas con base en el estudio de
otros animales. Este fue, por supuesto, un paso importante para la medicina
pero el llamado a abrir el sendero de la medicina moderna fue un hombre
contemporáneo de Vesalio y de apodo “Paracelso”.
ANEXO.
ACTIVIDAD.
A partir de todo lo que hemos visto en este nuevo encuentro, vamos a realizar un cuadro comparativo.
El cuadro; debe tener un paralelo entre la Alta Edad Media y la Baja Edad Media, teniendo en cuenta los siguientes parámetros.
1. Tipo de sociedad.
2. Economía.
3. Postura del artista y del arte.
4. Postura de la iglesia.
5 . Concepciones y comportamiento de hombre y la mujer.
6. El tiempo.
7. Inventos.
8. Obras literarias y artísticas.
9. Cultura.
10. Ciudad y el campo.
11. El poder.
NOTA: Todos los anteriores elementos ayudarán a reforzar nuestros saberes, en caso de que el blog ofrezca poca información, se debe investigar.
Sugerencias.
https://www.youtube.com/watch?v=CLO6-VO64EA
https://www.youtube.com/watch?v=wrGVRPN9wfA ( Este video se encuentra dividido en varias partes, todas de manera muy creativa, reúne un resumen de la edad media en general, y enseñan la cultura de su época.)
CIBERGRAFÍA.
https://aquellamamosedadmedia.wordpress.com/desarrollo-cultural-en-la-edad-media/
https://www.lifeder.com/lengua-vernacula/
http://historiaybiografias.com/edadmedia11/
http://historiaybiografias.com/la_imprenta/